- Introducción -
Si tuviéramos que escribir una Historia de la representación de relatos para niños, probablemente deberíamos empezar presuponiendo momentos de fascinación y misterio provocados por las sombras del fuego de los hombres de las cavernas. Pero aunque sólo se conservan huellas de aquellas primeras manos, quizá el origen más remoto de las representaciones para niños sí se halle en el teatro de sombras, técnica de las antiguas culturas en Egipto, Grecia, Roma y sobre todo en Asia, donde incluso hoy en día se siguen ofreciendo representaciones muy valoradas también por el público adulto de Tailandia, Japón, India y China, que consiguió que el teatro de sombras pasara a conocerse popularmente como teatro de “Sombras Chinescas”.
En cualquier caso, y para ser rigurosos con la Historia, la primera prueba material que atestigua la costumbre de representaciones (con o sin caja escénica) para niños la proporcionan los “títeres” conservados desde la Edad Media. Cómo lo demuestra la escuela de Praga hoy en día, el arte de las marionetas ha perdurado a través de los siglos alcanzando niveles altísimos de calidad y sofisticación.
Tenemos que saltar varios cientos de años para encontrar las primeras huellas de algo parecido a una caja escénica de papel: en el siglo 18(XVIII) Martin Englebrecht inventa lo que un siglo más tarde se acuñará bajo el término “diorama”. Se trataba de un modelo tridimensional de paisaje que mostraba eventos históricos (belenes y escenas bíblicas) con el fin de educar o entretener. |
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DIORAMA
Los dioramas, precursores del teatro de papel, son paisajes o escenas en tres dimensiones. Al desplegarse, figuras y decorados dispuestos en distintos planos producian la sensación de volumen y profundidad. Por su temática y ambientación casi bíblica, este diorama recuerda mucho a los de Martin Engelbrecht.
Editor: Desconocido.
Época: Siglo XIX
Procedencia: Probablemente Alemania.
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